Es importante abordar las realidades sobre las vacunas para comprender su importancia y los beneficios que ofrecen tanto a nivel individual como colectivo. Aquí hay algunas realidades clave sobre las vacunas:
Las vacunas son una de las herramientas más efectivas para prevenir enfermedades infecciosas. Han sido fundamentales en la erradicación de enfermedades como la viruela y en el control de muchas otras, como el sarampión, la polio y la influenza.
Se aplican un billón de dosis anuales a individuos sanos desde hace más de 50 años a nivel mundial y se han controlado 14 enfermedades: Difteria, tétanos, fiebre amarilla, tos ferina, enfermedad por Haemophylus influenzae tipo b, poliomielitis, paperas, sarampión, rubeola, tifoidea, rabia, rotavirus y hepatitis B.
Las vacunas son seguras y están rigurosamente probadas antes de ser aprobadas para su uso en la población. Los programas de vigilancia continúan monitoreando la seguridad de las vacunas incluso después de su aprobación.
La vacunación no solo protege a los individuos vacunados, sino que también contribuye a la protección de la comunidad a través de la inmunidad colectiva. Cuando una gran proporción de la población está vacunada, se reduce la propagación de enfermedades, protegiendo así a las personas que no pueden ser vacunadas debido a condiciones médicas, como los bebés demasiado pequeños o aquellos con sistemas inmunológicos debilitados.
Las vacunas son una forma eficiente de prevenir enfermedades infecciosas, ya que proporcionan inmunidad sin que las personas tengan que contraer la enfermedad real. Esto evita el sufrimiento y las posibles complicaciones asociadas con la enfermedad.
La erradicación de la viruela, la reducción de la poliomielitis, la rubeola y el síndrome de rubeola congénita se han declarado oficialmente eliminados de las Américas desde 2015.